La poesía que está en todo lo que toco, que se confunde con las ramas y verdea, que me vomita, me cruza, me relanza, que me lleva en su barco perpetuo de los ojos, que me alcanza en el disparo o en las aguas, que me camina. La poesía que soy en el recuerdo, la que me sigue diciendo, la que me estalla. Aquella que persiste aún en la noche, y divaga, me despierta, abre ventanas, me escapa, pero hacia adentro…me recuerda y soy su vela, que canta, que baila, que persigue.
La poesía,
La poesía,
espada y muerte,
delirio en fiesta,
árbol de los afligidos,
ceniza sangrante,
rosa perfecta.
La poesía sin cristo,
de los mejores ángeles amados.
Libeslay